Lo que el viento se llevó: clasificación de los principales países en materia de energía eólica (de 2018 a 2023)

La rápida expansión de la energía eólica ha supuesto un cambio monumental en el panorama energético mundial de los últimos años. A medida que los países de todo el mundo buscan la sostenibilidad a largo plazo mediante soluciones energéticas más ecológicas y se enfrentan a la urgente necesidad de descarbonizar sus economías para cumplir con los ambiciosos objetivos climáticos, la energía eólica se ha convertido en un componente fundamental de estas iniciativas. Reconocida como una de las fuentes de energía renovable más viables, escalables y de más rápido crecimiento, los países han realizado importantes inversiones en infraestructuras eólicas, lo que ha impulsado notablemente su crecimiento. En este artículo, analizamos los 10 países líderes en instalaciones de energía eólica entre 2018 y 2023, arrojando luz sobre el panorama cambiante de este sector y los pioneros mundiales que impulsan el movimiento de la energía renovable.

2018

En 2018, China consolidó su dominio en el sector de la energía eólica con una excepcional capacidad instalada de 184 664,9 MW. Esta expansión fue posible principalmente gracias al sólido apoyo del Gobierno, que incluyó subvenciones e incentivos en virtud de la Ley de energías renovables, y a la disminución de los costes de fabricación e instalación. Las inversiones se vieron reforzadas por mejoras en la infraestructura de la red que contribuyeron a resolver los problemas de restricciones, especialmente en las regiones del norte. Estados Unidos ocupó el segundo lugar con 94 666,2 MW, algo más de la mitad del total de China, donde los avances en la eficiencia de las turbinas hicieron que la energía eólica fuera cada vez más competitiva frente a los combustibles fósiles. Medidas federales como el crédito fiscal a la producción (PTC) y las estrictas normas de la cartera renovable (RPS) de estados como California contribuyeron de manera muy importante al desarrollo de la energía eólica.

Alemania le siguió con una capacidad instalada de 58 721 MW, impulsada por la política de transición energética denominada Energiewende, cuyo objetivo es reducir las emisiones en un 40 % en 2020 y aumentar el porcentaje de energías renovables en el sector eléctrico hasta el 65 % en 2030. Los esfuerzos por sustituir las turbinas más antiguas por modelos más eficientes contribuyeron a maximizar la producción de energía en las instalaciones existentes. La India también experimentó un notable progreso, con un aumento de su capacidad eólica de hasta los 35 288,1 MW. Este crecimiento se vio favorecido en gran medida por la política híbrida eólica-solar, los beneficios fiscales para los proyectos eólicos, la caída de los costes de generación y los ambiciosos objetivos en materia de energías renovables, en consonancia con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París. Mientras tanto, en quinto lugar, España alcanzó los 23 405,1 MW, gracias al compromiso del país con los objetivos de energía renovable de la Unión Europea, el éxito de las subastas y la caída de los costes, que mejoraron la viabilidad de los proyectos.

Otros actores importantes fueron Reino Unido, con una capacidad instalada de 21 605,6 MW gracias a políticas gubernamentales como el programa de contratos por diferencia (CfD) y su compromiso de reducir las emisiones en virtud de la Ley del cambio climático. Francia, aunque a menor escala, alcanzó los 14 900,1 MW gracias a subvenciones como las tarifas reguladas y la incorporación de sistemas de subastas de energía eólica terrestre destinados a promover las energías renovables. Brasil le siguió de cerca con 14 843,1 MW gracias a su sistema de subastas de energía renovable, que ofrece acuerdos de compra de energía a largo plazo y acelera el desarrollo de parques eólicos en todo el país. La capacidad eólica de Canadá se situó en 12 816 MW, respaldada por políticas federales y provinciales que priorizaron la energía limpia, junto con la reducción de los costes y la adopción de turbinas más grandes y eficientes. Italia también contribuyó al crecimiento mundial, alcanzando los 10 230,2 MW, ya que los incentivos gubernamentales y las reducciones de costes convirtieron la energía eólica en una alternativa que merecía la pena.

2019

En 2019, momento en el que el sector de la energía eólica se consolidó, China logró adelantarse, ampliando su capacidad a 209 581,9 MW. Con las políticas energéticas nacionales centradas en reducir la dependencia del carbón e impulsar las energías renovables, y con fabricantes nacionales de turbinas como Goldwind y Envision que suministran turbinas rentables y eficientes, los promotores se apresuraron a completar los proyectos antes de la reducción de las tarifas reguladas para las instalaciones eólicas terrestres, lo que impulsó el crecimiento y las inversiones. Del mismo modo, Estados Unidos también avanzó, alcanzando los 103 835,6 MW, ya que los promotores tenían prisa por asegurar los proyectos antes de la próxima eliminación gradual del PTC. Además, la caída del coste de la energía eólica la hizo cada vez más atractiva tanto para las grandes empresas de servicios públicos como para las corporaciones con conciencia ecológica, y los gigantes corporativos como Walmart y AT&T aumentaron sus inversiones a través de acuerdos de compra de energía (PPA) para cumplir sus objetivos de sostenibilidad.

A pesar de enfrentarse a la oposición pública, a retrasos administrativos y legales y a problemas con los permisos, Alemania logró mantener el tercer puesto con 60 742 MW, gracias a su sistema de subastas y subvenciones para proyectos renovables, que redujo los costes y facilitó los proyectos a gran escala, mientras que las mejoras en la tecnología de turbinas y las medidas de repotenciación impulsaban la eficiencia. El sector eólico de la India también tuvo que abordar una serie de retos como las cancelaciones de subastas, las renegociaciones de los PPA, los retrasos en los pagos, la ralentización de la economía, los problemas de adquisición de terrenos, las restricciones, las limitaciones de infraestructura, las bajas tarifas y los límites tarifarios. Sin embargo, su capacidad aumentó hasta los 37 505,2 MW, impulsada principalmente por la ambición política y la demanda cada vez mayor de energía. Por el contrario, España experimentó un crecimiento estable en la energía eólica, favorecido por las iniciativas concertadas para completar proyectos antes de los recortes en las ayudas gubernamentales y la exitosa implementación de la primera turbina eólica marina frente a la costa de Gran Canaria. Además, hacia finales de año, iniciativas urgentes como la ley de «rendimiento razonable» para ampliar las tarifas prémium para las energías renovables, junto con el cierre de centrales térmicas y la presentación de nuevas regulaciones y procedimientos simplificados para el desarrollo de parques eólicos en el Plan nacional integrado de energía y clima 2021-2030 (PNIEC), aumentaron la capacidad de energía eólica instalada del país hasta los 25 590 MW.

Entretanto, Reino Unido alcanzó los 23 886,9 MW gracias al éxito de las subastas de CfD y al compromiso público con la sostenibilidad, seguido de Francia con 16 426,9 MW, que aumentó sus inversiones debido a los nuevos objetivos establecidos en la Ley de transición energética para el crecimiento verde del gobierno, la actualización del programa energético plurianual (PPE) y los notables avances en el desarrollo de la energía eólica marina, que incluyeron la construcción del parque eólico marino de Saint-Nazaire y la adjudicación de la licitación del parque eólico de Dunkerque. La capacidad de Brasil llegó a los 15 438,4 MW gracias a una normativa favorable, un mercado libre más fuerte (ACL) con mayor competencia y precios de subasta más bajos, un sistema de transmisión interconectado a nivel nacional, avances tecnológicos y una cadena de suministro de equipos reestructurada que facilitaba la adquisición global de maquinaria y servicios de operación y mantenimiento. En Canadá, los objetivos provinciales de regiones como Alberta, Nuevo Brunswick, Nueva Escocia, Saskatchewan y Ontario, junto con los avances tecnológicos, impulsaron el crecimiento hasta alcanzar los 13 220 MW. Italia completó el top 10 con una capacidad instalada de 10 679,5 MW, impulsada por los objetivos de energía renovable para 2030 del Plan nacional de acción sobre energía y clima y el apoyo de la I+D a innovaciones como la tecnología eólica marina flotante.

2020

En medio de los retos, los obstáculos y las perturbaciones generalizados de 2020, el sector de la energía eólica siguió adelante, manteniendo su crecimiento y expansión a nivel mundial. A finales de año, el sector de la energía eólica de China se catapultó hasta niveles sin precedentes, alcanzando un récord de 281 992,7 MW que dobla el incremento del año anterior. Este extraordinario aumento se logró en gran medida gracias al compromiso inquebrantable del país con la energía verde, especialmente como parte de sus iniciativas de recuperación tras la pandemia de COVID-19, el inminente vencimiento de las subvenciones para proyectos eólicos terrestres, que hizo que los promotores aceleraran las instalaciones para cumplir con el plazo de final de año, y las innovaciones tecnológicas, como turbinas más grandes y eficientes, que contribuyeron a la rápida expansión de proyectos eólicos a gran escala. Mientras tanto, Estados Unidos mantuvo un crecimiento sustancial a pesar de los retrasos iniciales en los proyectos a causa de la pandemia, alcanzando una capacidad eólica de 118 663,5 MW, con medidas de estímulo y la ampliación de los incentivos de PTC que ayudaron a aumentar el número de instalaciones a finales de año. Al igual que en China, el inminente vencimiento de todas las ventajas del PTC en los EE. UU. provocó un récord en el número de instalaciones, ya que los promotores se apresuraron a aprovechar los incentivos. Además, la reducción de los costes de la energía eólica, junto con la creciente demanda de energía más limpia por parte de los consumidores y las empresas, impulsó aún más el desarrollo de grandes proyectos de energía eólica, especialmente en estados como Texas o Iowa.

En Europa, las instalaciones de Alemania aumentaron hasta los 62 201 MW gracias al plan de acción sobre el clima para 2030, con la energía eólica como actor fundamental en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la energía eólica marina ganando terreno, unos mecanismos de fijación de precios del carbono favorables y la mejora de las infraestructuras. Todo esto está favoreciendo que las industrias adopten energías renovables y aumenten sus inversiones en energía eólica. A pesar de la desaceleración provocada por la pandemia, la India incrementó su capacidad de energía eólica hasta los 38 558,6 MW gracias al enfoque del Gobierno en los objetivos de las energías renovables, con entidades como el Ministerio de energías nuevas y renovables, que se encarga de perfeccionar las políticas de apoyo, y reguladores nacionales como la Comisión reguladora de la electricidad de Gujarat, que incorpora incentivos como la exención de las tarifas de transmisión y la eliminación de las tarifas fijas y genéricas para fomentar la licitación competitiva y la inversión del sector privado, mientras que una sólida base de fabricación nacional impulsaba aún más el crecimiento. España también mantuvo su impulso y logró una capacidad de energía eólica instalada de 26 819,2 MW gracias a la implementación del Plan nacional integrado de energía y clima de España (PNIEC) 2021-2030, la incorporación de políticas de apoyo, como el Real decreto-ley 23/2020, que agilizó los procesos de concesión de permisos y las normas de acceso a la red para los proyectos eólicos, los paquetes de estímulo económico como el Pacto verde y el Plan de recuperación de la UE, destinados a mitigar los efectos de la pandemia de COVID-19, y el aumento de la inversión en investigación y desarrollo para los proyectos eólicos marinos, en concreto, las aplicaciones flotantes.

Otros países que contribuyeron notablemente a la expansión de la energía eólica fueron Reino Unido, con una capacidad de 24 458 MW impulsada por políticas gubernamentales favorables como el plan de recuperación de diez puntos «Build Back Greener», los marcos normativos, los avances tecnológicos e inversiones importantes en parques eólicos marinos como el Dogger Bank y el East Anglia One. Con 17 535,3 MW, Francia ocupó el séptimo lugar, demostrando su compromiso con las energías renovables mediante la promulgación del Programa energético plurianual (PPE), que se centró especialmente en la expansión de la energía eólica y en el desarrollo de proyectos marinos. La capacidad de Brasil ascendió a 17 198,3 MW sostenida por sólidas inversiones en el mercado libre, ventajas socioambientales y un firme compromiso con la recuperación económica verde y la sostenibilidad. En Canadá, las instalaciones aumentaron hasta los 13 532 MW, gracias al incremento de la financiación en I+D, las políticas de apoyo de cero emisiones y los ambiciosos objetivos provinciales en materia de energías renovables. Por su parte, Italia alcanzó una capacidad eólica instalada de 10 870,6 MW, impulsada por incentivos gubernamentales como los precios fijos de compra de energía, el apoyo a diversos proyectos, los avances tecnológicos como la energía eólica marina flotante, y las instalaciones estratégicas en regiones de alto potencial como Apulia, Sicilia y Calabria, que permitieron una expansión efectiva a pesar de los desafíos relacionados con la pandemia.

2021

Una vez más, China tomó la delantera en 2021, con una impresionante capacidad instalada de 328 973,4 MW, a pesar del vencimiento de las subvenciones para los proyectos eólicos terrestres. Este avance se vio impulsado por los ambiciosos objetivos de energía limpia descritos en el 14.º Plan quinquenal, los compromisos de neutralidad en carbono para 2060 y las políticas gubernamentales que fomentan la paridad de red, la reducción de las restricciones, la expansión de la energía eólica distribuida y el desarrollo en las vastas regiones desérticas del Gobi. Entretanto, los avances tecnológicos en la capacidad de las turbinas y la integración en la red impulsaron las instalaciones marinas a gran escala, a medida que los principales fabricantes nacionales reforzaban su dominio en los mercados nacionales e internacionales. Al otro lado del Pacífico, el sector de la energía eólica de EE. UU. alcanzó los 133 019,3 MW, gracias a unos objetivos climáticos federales de gran alcance y a las iniciativas de energía renovable establecidas por la nueva administración, entre las que se incluían los objetivos de 30 GW para la energía eólica marina y una reducción del 50 % de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, junto con las normas estatales de energía limpia y la prórroga a finales de 2020 del PTC, que proporcionó un apoyo crucial a los proyectos en curso. Además, la caída de los costes, las mejoras en el rendimiento de las tecnologías eólicas, las ventajas para la red y el aumento de la financiación para la investigación permitieron acelerar la expansión en tierra, distribuida y marina, como lo demuestra la construcción del Vineyard Wind, el primer parque eólico marino a escala comercial del país.

Con 63 711 MW de capacidad eólica instalada, Alemania ocupó el siguiente puesto, beneficiándose de la Ley de fuentes de energía renovable (EEG) de 2021, cuyo objetivo era lograr un suministro y un consumo de electricidad neutros en carbono antes de 2050 y que ofrecía incentivos para la implicación financiera municipal. Asimismo, el aumento de las licitaciones competitivas, los avances en la capacidad de las turbinas, las iniciativas específicas de repotenciación, los altos precios del mercado y la mejora en la situación de los permisos fomentaron las instalaciones y la eficiencia. La India continuó con su trayectoria ascendente, con un aumento de las instalaciones hasta los 40 067,3 MW al buscar fuentes de energía más limpias para cumplir con los ambiciosos objetivos del Gobierno, como alcanzar los 140 GW de energía eólica para 2030. El crecimiento se vio impulsado además por un elevado potencial eólico de 695,5 GW, el anuncio de la Misión nacional del hidrógeno, la mejora de las iniciativas de integración en la red, las alianzas estratégicas entre el sector público y el privado, una sólida producción nacional y una sólida cadena de suministro de turbinas eólicas y componentes clave como los multiplicadores. España también avanzó con 27 907,7 MW de capacidad eólica instalada, impulsada por el compromiso del gobierno de cumplir los objetivos en materia de energías renovables mediante iniciativas como la recién aprobada Hoja de ruta para 3 GW de energía eólica marina flotante y el aumento de la financiación para promover el autoconsumo y el almacenamiento de energía renovable con subvenciones que oscilan entre el 20 % y el 70 % para instalaciones eólicas pequeñas, mientras que las subastas a precios competitivos y la financiación adicional asignada a las estrategias de prolongación de la vida útil de los parques eólicos contribuyeron aún más a la expansión.

En Reino Unido, la capacidad de la energía eólica ascendió a 25 748,3 MW, favorecida por la financiación del gobierno y por la cuarta ronda del programa CfD, junto con el aumento de la demanda de energía, la mejora de la eficiencia de las turbinas marinas y el incremento de la inversión en la cadena de suministro como factores contribuyentes. La dinámica expansión de la energía eólica en Brasil llevó a este país al séptimo lugar, superando a Francia con un total de 21 161,3 MW gracias al aumento de la demanda de electricidad, la recuperación económica, la consolidación de la industria, con nuevos avances en hidrógeno verde, las regulaciones de proyectos híbridos y la implementación de energía eólica marina que impulsó la inversión. A pesar de quedarse atrás, Francia consiguió 18 551,1 MW de capacidad de energía eólica instalada gracias a los nuevos objetivos de energía renovable, la actualización de las medidas políticas y la revisión de los procesos de licitación, lo que aumentó las instalaciones terrestres y marinas. Entretanto, en Canadá, unos objetivos climáticos más estrictos, las iniciativas provinciales de apoyo y las importantes estrategias de financiación gubernamental como el Programa de energías renovables inteligentes y rutas de electrificación (SREP) reforzaron las iniciativas para alcanzar las cero emisiones en 2050, con un aumento en el tamaño de las turbinas y una reducción de los costes de los proyectos que contribuyeron a que las instalaciones alcanzaran los 13 722 MW. Suecia entró en el top 10 con 12 116 MW de capacidad eólica instalada, superando a Italia y eliminándola del top 10. Los ambiciosos objetivos climáticos de Suecia, que incluyen las cero emisiones para 2045, una electricidad 100 % renovable para 2040 y una reducción de las emisiones del 40 % para 2030, junto con incentivos financieros como el sistema de certificados de electricidad, una I+D selectiva, el aumento de la demanda de electricidad y la mejora de la capacidad de las turbinas, aceleraron el crecimiento de la energía eólica.

2022

En 2022, China era líder con la impresionante cifra de 365 964,2 MW de capacidad instalada, dejando atrás a todos los demás competidores, a pesar de la eliminación gradual de las subvenciones, ya que el sector eólico del país pasó de un modelo de tarifas reguladas a un modelo de «paridad de red». Este progreso constante se vio impulsado por las políticas de apoyo del gobierno, el compromiso continuado con los objetivos descritos en el 14.º plan quinquenal, la promoción de proyectos eólicos distribuidos en áreas rurales, el desarrollo regional estratégico en zonas desérticas y marítimas, los avances en la tecnología de las turbinas a gran escala, incluido un aumento del 27,8 % en el tamaño de la turbina, la finalización de la plataforma flotante CNOOC Guanlan y el montaje de las primeras turbinas eólicas marinas de 16 MW y 18 MW. Estados Unidos vio cómo su capacidad eólica se incrementaba hasta los 141 673,9 MW gracias a sus ambiciosos objetivos nacionales, entre los que se incluyen un nuevo objetivo de 15 GW para la energía eólica marina flotante en 2035, iniciativas federales de apoyo como la Ley de reducción de la inflación (IRA), la Ley de inversión en infraestructuras y empleo (IIJA)> y una ampliación del PTC que proporcionó incentivos fiscales y financiación para impulsar la fabricación nacional de componentes de energía limpia, como palas de turbinas eólicas, góndolas, torres, cimientos para parques eólicos marinos y buques especializados en energía eólica marina. Además, las expansiones de los arrendamientos marinos, las iniciativas de repotenciación, los avances en el tamaño y rendimiento de las turbinas y el aumento de las inversiones en I+D contribuyeron al aumento en el número de instalaciones.

Entretanto, la crisis energética europea aceleró las instalaciones e inversiones en energía eólica, lo que llevó a muchos países a intensificar la expansión de sus energías renovables y a reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados. A finales de año, la capacidad eólica total de Alemania se situaba en los 66 163 MW, impulsada por el nuevo Gobierno federal, que aplicó el concepto de «interés público prioritario» a través de iniciativas del Ministerio federal de economía y acción climática (BMWK) como el «Paquete de Pascua», cuyo objetivo era priorizar la expansión de las energías renovables con un objetivo del 80 % para 2030, la Ley de energía eólica marina (WindSeeG) que establece el objetivo de ampliar la energía eólica marina a 40 GW para 2035 y a 70 GW para 2045 y una nueva estrategia denominada Windenergie-an-Land-Strategie, con un objetivo de 160 GW para la energía eólica terrestre para 2035. Además, el crecimiento fue posible gracias a las importantes reformas legislativas en materia de uso del suelo, la agilización de los procesos de aprobación y los avances en las tecnologías de las turbinas eólicas. Impulsada por el compromiso nacional con los objetivos de la UE para 2030, el sólido apoyo del gobierno, la expansión de la cadena de suministro de energía eólica flotante, la hibridación de parques eólicos terrestres nuevos y antiguos con energía solar fotovoltaica y una fuerte inversión en I+D, especialmente en aplicaciones flotantes, la capacidad de energía eólica alcanzó los 30 113,8 MW en España.

En la India, las instalaciones de energía eólica representaron 41 929,8 MW gracias a políticas gubernamentales como las obligaciones de compra de energía renovable para la energía eólica, la obligación de almacenamiento de energía y a nuevas iniciativas de licitación para proyectos marinos.

El aumento de los precios de la energía, el nuevo objetivo del gobierno de alcanzar los 50 GW de energía eólica marina en 2030 en el marco de la Estrategia británica de seguridad energética y los programas de apoyo como el CfD, que incluyó la energía eólica flotante por primera vez, permitieron que las instalaciones de energía eólica del Reino Unido alcanzaran los 28 762,2 MW. Estas se beneficiaron además de la puesta en marcha del Grupo de trabajo de ingeniería eólica flotante, que tiene como objetivo acelerar la implementación, reducir los costes y ampliar la cadena de suministro, junto con la finalización del Hornsea 2, el parque eólico marino más grande del mundo en ese momento. Brasil conservó el séptimo puesto con una capacidad eólica de 24 163,1 MW, favorecida por el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las sólidas políticas del gobierno federal como el Decreto n.º 10.946/2022, que dio prioridad a los proyectos marinos, y una transición continua hacia un enfoque dinámico de libre mercado que beneficia a los acuerdos corporativos de compra de energía frente a las subastas reguladas tradicionales. A pesar de que fue un año difícil, Francia llegó a los 20 810,6 MW gracias a los nuevos objetivos de 50 parques eólicos marinos con un total de 40 GW para 2050, el éxito de las subastas y las iniciativas gubernamentales para acelerar la concesión de permisos y el desarrollo de proyectos para instalaciones eólicas. Además, Saint-Nazaire marcó un hito al convertirse en el primer parque eólico marino a escala comercial totalmente operativo del país.

Por su parte, Canadá amplió su capacidad eólica a 15 081 MW impulsada por los objetivos nacionales y provinciales de descarbonización, entre los que se incluyen los objetivos de energía eólica marina de Nueva Escocia de alcanzar los 5 GW en 2030, junto con las políticas provinciales de apoyo como el crédito fiscal para tecnologías verdes en Terranova y Labrador y la primera implementación de turbinas de 5 MW en Alberta y Saskatchewan. Con una capacidad instalada de 14 279 MW, Suecia volvió a situarse en el top 10 gracias a los ambiciosos objetivos energéticos del Gobierno, a las importantes inversiones en I+D de la Agencia sueca de energía, al aumento de tamaño de las turbinas eólicas, al renovado interés por el desarrollo eólico marino, a la ampliación de las conexiones a la red para los territorios marítimos de Svenska y Kraftnät y a la exención de los costes de conexión a la red para los proyectos marinos.

2023

Sobre la base de los logros del año anterior, el sector de la energía eólica siguió avanzando con un impulso inquebrantable en 2023. La capacidad eólica de China aumentó hasta alcanzar la extraordinaria cifra de 441 895 MW, gracias a los objetivos gubernamentales, iniciativas proactivas como las Medidas de gestión para la renovación, la actualización y el desmantelamiento de parques eólicos de la Administración nacional de energía (NEA), que fomentaban la modernización de los parques eólicos antiguos y de las turbinas individuales de menos de 1,5 MW, el apoyo gubernamental a las instalaciones distribuidas, la caída de los costes de la electricidad generada por el viento, la construcción de megabases eólicas en el desierto de Gobi y la Mongolia interior y a los avances en la energía eólica marina, incluidos el cambio a proyectos marinos en aguas profundas y la ampliación de instalaciones individuales a instalaciones a gran escala. A pesar de retos como los altos tipos de interés y los retrasos, EE. UU. también experimentó un crecimiento, alcanzando un total de 148 019,9 MW. Esta evolución fue posible gracias a unos incentivos federales muy sólidos como la IRA y el PTC ampliado, las iniciativas de RPS a nivel estatal y los esfuerzos de arrendamiento de la Oficina de gestión de energía oceánica (BOEM) en zonas como el Golfo de Maine. Los avances tecnológicos, como la implementación de turbinas más grandes y eficientes de 15 MW, la reducción de los costes, las importantes inversiones en cadenas de suministro y fabricación nacional, junto con proyectos emblemáticos como el parque eólico South Fork y el proyecto de 2,8 MW de Rivian, contribuyeron a aumentar aún más el número de instalaciones.

Al otro lado del Atlántico, Alemania siguió avanzando para alcanzar sus objetivos de energía renovable y seguridad energética al lograr una capacidad de energía eólica de 69 459 MW impulsada por reformas regulatorias, un aumento de la tasa de aprobación que se tradujo en un incremento del 80 % en los parques eólicos terrestres, la adopción de turbinas más grandes con una media de 4,7 MW y la puesta en marcha comercial del parque eólico marino Arcadis Ost 1 de 257 MW en el mar Báltico. En la India, las instalaciones alcanzaron los 44 736,2 MW gracias a la búsqueda intensiva de objetivos nacionales, su «visión de nación desarrollada» para 2047, iniciativas federales como la de «India autosuficiente» a través de «Make-in India», incentivos políticos como las exenciones de cargos de ISTS, los avances tecnológicos, las inversiones privadas e internacionales, los mecanismos de subastas eficientes y las sólidas capacidades de fabricación nacional que favorecen tanto el crecimiento interno como las exportaciones. Mientras tanto, las instalaciones eólicas de España aumentaron su capacidad hasta los 31 027,8 MW, favorecidas por los ambiciosos objetivos nacionales, la aprobación de los Planes de ordenación del espacio marítimo (POEM), las mejoras en la tecnología de las turbinas y las importantes inversiones de líderes del sector como Iberdrola y Siemens Gamesa, que impulsaron aún más los proyectos, tanto terrestres como marinos.

Una vez más, Reino Unido mantuvo su sexto puesto en la clasificación con 30 102,3 MW gracias a los objetivos gubernamentales, el apoyo continuo al programa CfD, la simplificación de los procesos de implementación, las iniciativas estratégicas como el programa Whole of Seabed, tecnologías avanzadas de turbinas como la Haliade-X de GE Vernova en Dogger Bank A y el avance de grandes proyectos como Seagreen en fase 1 y Hornsea 4. Brasil le pisó los talones con 29 135,1 MW de capacidad eólica instalada gracias al enfoque del Gobierno en la transición energética y al auge de los PPA privados en el próspero mercado libre. Otras contribuciones destacadas al mercado eólico mundial fueron las de Francia (20 810,6 MW) y Canadá, con unas instalaciones eólicas que alcanzaron los 16 989,4 MW. Se debieron a una combinación de incentivos federales como los créditos fiscales para inversiones en economía limpia, iniciativas provinciales de adquisición a gran escala en regiones como Alberta, avances tecnológicos ejemplificados por el uso de turbinas ENERCON E-160 EP5 E3 de 5,56 MW en el proyecto eólico Jenner, proyectos liderados por indígenas como el proyecto eólico Haeckel Hill y proyectos de desarrollo de energía eólica marina e hidrógeno verde en Nueva Escocia y Terranova y Labrador, respaldados por sólidas iniciativas de investigación e innovación. Suecia le siguió con 16 252 MW, asegurándose el último puesto en la clasificación.

Perspectivas de la energía eólica

La energía eólica se ha convertido en un pilar de la revolución mundial de las energías renovables que saca partido de las innovaciones tecnológicas, las políticas visionarias y el firme compromiso con la neutralidad del carbono. Mientras que los diferentes países compiten por ampliar los proyectos marinos, instalar enormes turbinas y revolucionar los sistemas de red, la energía eólica bate récords y redefine la sostenibilidad. Esta fuerza transformadora no solo promete un futuro más limpio, sino que reinventa la energía mundial, dando lugar a avances económicos y medioambientales sin precedentes.

Nuestro papel en la energía eólica

Eland Cables juega un papel indispensable en el crecimiento del sector eólico mundial y está a la vanguardia del panorama de las energías renovables, ya que ofrece soluciones de cableado innovadoras y de alto rendimiento que son esenciales para el éxito de los proyectos eólicos y otros proyectos de energías renovables en todo el mundo. Nuestra amplia cartera incluye cables líderes en el sector, diseñados por expertos, que constituyen la columna vertebral y el alma de las principales infraestructuras eólicas y los sistemas de energía renovable. Desde cables de automatización, control y datos hasta cables de baja, media y alta tensión, nuestros productos están diseñados para satisfacer los exigentes requisitos de las instalaciones eólicas tanto terrestres como marinas. Cada cable se ha sometido a rigurosas pruebas para garantizar su fiabilidad, durabilidad, seguridad y rendimiento de conformidad con las normas internacionales.

Nuestra misión es el compromiso con la excelencia, la creación de un cambio significativo y el impulso del progreso hacia un futuro energético sostenible, más limpio y más ecológico a través de soluciones que facilitan la descarbonización y abogan por la energía sostenible. Con una trayectoria reconocida a la hora de apoyar las iniciativas eólicas comerciales y a escala industrial, utilizamos tecnología de vanguardia y una experiencia sin precedentes en el sector para lograr un rendimiento óptimo, la eficiencia operativa y una sostenibilidad a largo plazo. Nuestras soluciones personalizadas se adaptan a los retos únicos de las instalaciones renovables, garantizando que cada proyecto alcance su máximo potencial para impulsar la transición energética.

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