Medios de comunicación: Dando forma al cambio en EIC
Como se indica en el sitio web de Electrical Industries Charity y Joint Industries Board (JIB):
Como miembro inicial de la Junta de Profesionales Emergentes de EIC, creada para aportar nuevas perspectivas e ideas innovadoras a la organización y al sector, Deborah Graham-Wilson, responsable de Comunicaciones y criterios ESG en Eland Cables, reflexiona sobre sus cinco años en el cargo, las lecciones aprendidas y cómo será el próximo siglo para las personas de todo el sector.
El apoyo a los trabajadores de todo el sector eléctrico desde hace más de un siglo ha hecho de Electrical Industry Charity (EIC) una parte vital de la vida de miles de personas cuando tienen que enfrentarse a adversidades y desafíos en sus vidas. Y los desafíos no dejan de aparecer; la necesidad de seguir siendo relevantes y visibles y la recaudación de fondos para brindar el apoyo necesario, llevaron a EIC a buscar una nueva perspectiva sobre la mejor forma de lograrlo.
¿Puede explicarnos el motivo por el que su trayectoria profesional era la más adecuada para formar parte de la Junta de Profesionales Emergentes y prestar servicio en ella?
Cuando se creó la Junta de Profesionales Emergentes de Electrical Industries Charity en 2017, mi CEO me instó a postularme. No creo que me hubiese presentado de no haber sido así; el tiempo que debía invertirse en ello, la carga de trabajo ya de por sí elevada y la sensación de no ser «suficientemente buena» me habrían detenido. Siempre pensé que los miembros de las juntas eran los que estaban desacelerando sus carreras profesionales (sin ánimo de ofender).
La Junta de Profesionales Emergentes iba a estar compuesta por un grupo de entre 8 y 10 personas con menos de 10 años de experiencia en el sector, pero que estuviesen consideradas como profesionales prometedores en sus organizaciones. Y eso significaba que el hecho de que fuese nueva en el sector eléctrico (empecé en Eland Cables en 2015) fue uno de los motivos principales por los que me escogieron. El objetivo de la Junta de Profesionales Emergentes era aportar una perspectiva diferente que no estuviese moldeada únicamente por el tiempo transcurrido en el sector, lo que significaba que la mayoría de los miembros tenían entre 25 y 30 años (aunque yo tenía casi 40 en aquel momento).
A diferencia de varios de mis compañeros que también formaban parte de la Junta de Profesionales Emergentes, yo era nueva en el sector, pero no en el mundo laboral. Me incorporé a Eland Cables en 2015 como responsable de Marketing, pero hasta ese momento había tenido una carrera profesional variada: un bar en Tokio, el área de operaciones de un banco en Londres, una empresa de marketing móvil en Gibraltar… y esa combinación ecléctica de escenarios, por una vez, fue una ventaja a la hora de aportar un punto de vista distinto.
Las tareas de la Junta de Profesionales Emergentes son asistir al Patronato y al CEO a la hora de revisar los planes para el año siguiente y contribuir a que esta organización benéfica consolidada siga siendo relevante para las personas que llegan al sector. Podemos servir como altavoz para las ideas, así como ayudar a difundir el mensaje a través de nuestras propias redes, defendiendo la labor de la organización benéfica a un nivel más básico que quizás el que pueden aportar los miembros sénior de la junta. Mi «vida pasada» era un activo, ya que tenía experiencia en desafíos o eventos similares que podía utilizar como referente.
¿Cuáles son los problemas actuales a los que se enfrenta el sector y que siguen creando desafíos en la vida de los trabajadores?
Los desafíos a los que se enfrenta el sector eléctrico simplemente reflejan, en algunos aspectos, la vida actual: la crisis del coste de la vida, el gran número de personas que padecen cáncer (u otras enfermedades graves), etc., pero también únicos en muchos sentidos. En el sector hay un índice elevado de suicidio y divorcio; hay grandes empresas, pero también hay muchos pequeños negocios en los que el propietario/director puede tener dificultades para seguir pagando a su plantilla a medida que aumentan los costes; a los aprendices les resulta complicado quedarse en el sector a medida que el coste de la vida se dispara, y en un sector predominantemente masculino, ha habido una reticencia histórica a hablar sobre los problemas de salud mental.
Además de eso, no es famoso por estar a la vanguardia en cuanto al uso de la tecnología digital, lo que significa que hacer llegar el mensaje a aquellos que lo necesitan puede resultar complicado. Indicar dónde pueden recibir ayuda las personas es un desafío constante y recaudar fondos para respaldar esa ayuda es aún más complicado.
Durante el tiempo transcurrido en su cargo, ¿en qué avances e ideas participó que haya visto que hayan marcado una diferencia en las personas que trabajan en el sector?
Durante el tiempo que he pertenecido a la Junta de Profesionales Emergentes, se ha producido un cambio positivo hacia una mayor inclusividad. El hecho de centrarse en la salud mental ha pasado a primer plano, un aspecto del que todo el mundo puede beneficiarse. Una mayor variedad de eventos también brinda más oportunidades para la participación de personas de todos los niveles; al fin y al cabo, las cenas de gala de etiqueta son bonitas pero costosas y a ellas solo suelen asistir los miembros sénior del equipo en lugar de aquellos que han ido subiendo desde abajo.
El desafío está en encontrar el equilibrio entre lo que se ha hecho siempre (atraer a un público comprometido, pero cada vez más envejecido, lo que se traduce en una fuente de ingresos fiable, pero potencialmente decreciente) y la exploración de nuevas oportunidades que tengan el potencial de llegar a más gente, pero que requieran reflexionar sobre el modelo de recaudación de fondos. Es algo que la organización benéfica sigue intentando gestionar.
¿Qué es lo que le frustra al impulsar cambios en el sector?
El trabajo en una organización benéfica y mi trabajo diario con Eland Cables son como la noche y el día. En Eland, todo va rápido, tanto en el aspecto reactivo como en el proactivo, las iniciativas se evalúan rápidamente y se llevan a cabo según el caso. Es como comparar una veloz lancha motora con un petrolero, que sería trabajar en el sector benéfico. Es de esperar, aunque resulte un poco frustrante. El hecho de que las reuniones trimestrales de la Junta de Profesionales Emergentes vayan seguidas de la reunión principal del Patronato significa que la velocidad del cambio es necesariamente inferior, además de que los eventos suelen planificarse con un año de antelación. Hay más necesidad de consenso y menos oportunidades para pasar a la acción directamente como miembro de una junta que como empleado. Como alguien que disfruta poniéndose manos a la obra, sigue siendo algo a lo que me ha costado adaptarme.
La organización benéfica también está intentando implicar y dirigirse a un público más amplio. Eso significa que la participación social puede ser todo un desafío, con tantos mensajes sobre tantos temas. Cuando buena parte del trabajo que se lleva a cabo se hace en estricta confidencialidad, puede resultar complicado que, en un tuit de 60 caracteres, sea emotivo y real para las personas.
Dicho esto, es comprensible al intentar llegar a personas que están en situación de crisis... Hay que tener la seguridad de que, como organización benéfica, se dispondrá de los fondos y los recursos para poder ayudarles. No existe la misma opción que en las empresas, donde se puede ser ágil y repetir, probar y potencialmente fallar con rapidez, pero confío en que estas ideas y cambios darán sus frutos con el tiempo.
¿Qué ha cambiado tras la COVID-19?
Indudablemente el mundo tras la COVID-19 ha cambiado (los temas han cambiado): la posible sensación de aislamiento al teletrabajar, la conciencia de la salud y el bienestar y un mayor sentimiento de comunidad. Sin embargo, creo que, al mismo tiempo, un gran número de empresas lo han reconocido, han asumido estas responsabilidades y han dado un paso más para apoyar a su plantilla. Nosotros lo hemos hecho.
Y quizás eso también ha creado, en parte, un cambio en el público objetivo de la organización benéfica. Si más empresas ofrecen estas disposiciones mejoradas sobre los criterios ESG, ¿significa que EIC está centrada en las pymes y los emprendedores individuales, donde no se encuentran necesariamente los fondos para hacerlo? ¿O es que los problemas por los que los empleados de las empresas contactan con la organización benéfica son de una complejidad mucho mayor, ya que sienten que están fuera del alcance de sus empresas (o que simplemente son «demasiado» para tratarlos con un superior)?
Los criterios ESG son el concepto de moda que todo negocio está deseando incorporar. ¿Qué cree que hará que cada trabajador se implique y se interese ellos de una forma significativa?
Los criterios ESG son definitivamente el concepto de moda elegido por muchas empresas del sector eléctrico en general. La sostenibilidad medioambiental y la gobernanza corporativa ética son imprescindibles, pero con frecuencia lo que mueve a los trabajadores es el componente «social». Y tras la COVID-19, esa es una de las cosas que he visto cambiar internamente; las personas se fijan más en las organizaciones benéficas y las comunidades locales, como Trussell Trust y sus bancos de alimentos, que, quizás, en una organización benéfica específica de un sector.
La COVID-19 contribuyó a ubicar a las personas dentro de la comunidad: conocimos a nuestros vecinos y, a su vez, supimos de sus problemas y de los nuestros propios. Tenemos compañeros que nos han animado a apoyar iniciativas locales porque tienen amigos y familia que las utilizan directamente, etc. Y eso hace que crear conciencia sobre EIC y los servicios disponibles sea un desafío aún mayor. Con una cantidad limitada de fondos para actividades benéficas (sean del tamaño que sean), es más difícil de vender que la satisfacción de apoyar a negocios hiperlocales.
No quiero que se me malinterprete, el trabajo de EIC es de un valor incalculable, pero solo piensas en él cuando tienes que utilizar sus servicios. La indudable necesidad de confidencialidad va en contra de esa oleada de buenas sensaciones.
¿Por qué dejas el cargo cinco años después?
¿He conseguido todo lo que esperaba cuando empecé este viaje en la Junta de Profesionales Emergentes? No, pero puede que esos objetivos no fueran realistas. He visto el funcionamiento interno de una organización benéfica y lo que se ha conseguido, se ha hecho lo más rápido que se ha podido.
La respuesta sencilla es que la Junta de Profesionales Emergentes es un grupo de personas que necesita renovarse. Creo que he «emergido» lo máximo que he podido (aunque obviamente espero seguir ascendiendo en Eland Cables). Mi función en el trabajo también ha ido cambiando con el paso de los años. Tengo un puesto en el que puedo impulsar cambios internamente y siento que puedo ser más eficaz si me centro en eso que si me disperso en varios temas. Ahora comprendo mejor los objetivos de la organización benéfica y la forma en que eso puede ayudar a mis compañeros. Internamente se ha aumentado la visibilidad de la organización benéfica y me han comunicado que la gente está utilizando los servicios cuando los necesita.
Es de suma importancia dejar espacio para que nuevos «profesionales prometedores» con nuevas ideas y al corriente de las últimas tendencias puedan formar parte de la Junta de Profesionales Emergentes. Formar parte de la Junta de Profesionales Emergentes me dio la confianza de que tenía un lugar en el sector (además de un lugar en mi empresa) y, como parte de dicha confianza, ha llegado el momento de hacerse a un lado y dejar que otros asuman el mando.
¿Cuál es su mayor deseo en cuanto a la percepción de EIC por parte de las personas y la forma de trabajar mejor con ella?
El papel de la organización benéfica es ofrecer apoyo cuando parece que nadie más puede. Mi deseo para el futuro es que aquellos que más lo necesiten recuerden que la organización benéfica está a su lado y que puede adaptarse para ofrecer respaldo ante los desafíos a los que se enfrenta y se enfrentará el sector. Dado que no pueden compartir información sobre los casos individuales a los que están prestando apoyo, necesitan implicar a los donantes corporativos dando visibilidad a su apoyo; si no pueden decir a la empresa quién ha contribuido en su nombre, el mensaje sobre los criterios ESG debe ser más amplio tanto para el sector como para los clientes. Aunque ya no puedo influir en la forma en que se presta dicho apoyo, lo que sí puedo hacer es continuar asegurando que EIC siga siendo visible para mis compañeros.