Antarctique - des huttes en bois à l'état de l'art des installations de recherche.

Para un continente sin población autóctona maltratada por la dureza de los factores, hay un sorprendente número de gente establecida en la Antártica y en sus islas periféricas (alrededor de 4000 personas en los meses de verano), 30 países gestionan estaciones de investigación durante todo el año, todos ellos signatarios del Antarctic Treaty. Pero las cosas han cambiado significativamente des de que fue construida la primera base permanente por la Scottish National Antarctic Expedition en 1903.

A diferencia del Ártico donde los edificios están construidos en hielo flotante, los de la Antártica están anclados en roca o hielo fijo. Esto ha permitido construcciones más elaboradas, con informes de un coste de hasta 100 millones de dólares para la construcción de la estación del comandante brasileño Ferraz para cuando esté terminada de construir en 2018. Estas instalaciones de alta tecnología y las de los países allí presentes como India, Corea del Sur, el Reino Unido, entre otros, mantienen sus comunidades a través de sus días de trabajo y temporadas inactivas durante meses con sistemas que tienen que enfrentarse a las temperaturas extremas que supone ese entorno. Puede que haga frío ahora en el Reino Unido, pero temperaturas de -89°C son completamente otra escala.

En un lugar donde la vida humana no podría sostenerse sin soporte, hay que proveer sistemas de calefacción, ventilación, producción de energía y eliminación de desechos. Aprovechar la energía renovable de la naturaleza es la elección moderna para generar energía, aunque la estación McMunro de los Estados Unidos usó energía nuclear de los 60 a los 70, la cual es más eficiente que el diesel, que también se sigue usando pero es contaminante y caro de transportar a localizaciones apartadas.

Pero estos sistemas de  renovables también requieren conexiones de cables y aquí es donde empresas como las nuestras se involucran. Eland Cables fue uno de los proveedores involucrados en la reforma de las instalaciones de la British Antarctic Survey para sus estudios en la biodiversidad y el cambio climático, proveyendo cables con un revestimiento capaz de proteger el conductor y de este modo la integridad de funcionamiento del cable a temperaturas de -40oC y más bajas.

La estaciones de investigación tienen una vida útil limitada, en parte a causa de la acumulación de nieve que sumerge la instalación, en parte a causa del terreno movedizo y en parte debido al avance de la tecnología y el cometido de la investigación emprendida. Las instalaciones están convirtiéndose cada vez más interesantes arquitectónicamente, aun que son vistas por muy poca gente, estimulan los sentidos y mejoran la vida de los trabajadores. Esto significa que seguirán siendo necesarios cables y sistemas y que seguiremos expandiendo los limites con relación a lo que se puede conseguir en estas localizaciones más remotas.

Para más información sobre nuestro trabajo con British Antarctic Survey vea nuestra pagina de casos prácticos.